Y crece, crece..

Que todos notamos cambios en nuestro cuerpo hasta que cumplimos los 21 años, ya lo sabemos. Pero a partir de ahí, hay un parón sobretodo en la estatura y demás partes como las manos. Pero hay algo que se resiste aún con el paso de los años: La nariz y las orejas. ¿Sabes por qué ocurre esto? Todo tiene una explicación. Soy Alba Vizcaíno y te lo voy a contar ;)

Que nuestra nariz y nuestras orejas nunca dejen de crecer viene dado por los tejidos cartilaginosos que componen ambas partes del cuerpo. Son los únicos que no dejan de crecer después de que el individuo haya pasado la pubertad y adolescencia y se haya convertido en adulto. Es por eso, que estas características físicas del individuo se acentúan en la vida adulta y son mayores en edad avanzada de cuando lo eran en edad media o cuando eran aún más jóvenes. Junto a ello, la cara también tiende a un encogimiento porque los músculos de la masticación se atrofian con la pérdida de dientes. Pero y esto, ¿Por qué ocurre? Pues esto sucede por los cartílagos: Con el paso de los años, éstos se vuelven más gruesos y perdemos elasticidad en el rostro. Todo ello hace que degenere y empiece a agrandarse el cartílago de las orejas y nariz. Y es en el rostro donde precisamente se notan más cambios: Las mejillas y los labios, por ejempo, no se agrandan pero sí crean este efecto óptico al perder su volumen con el paso del tiempo.

¡Ah! Una curiosidad: Las orejas aumentan más de tamaño en los hombres que en las mujeres, aunque por lo general, se agrandan 0,22 milímetros por año, o lo que es lo mismo, 1,1 centímetros cada cincuenta años.

Ahora quizás no notes demasiado cambio, pero si te acuerdas de esto que te he contado de aquí unos años, mira tus fotografias a ver qué pasa ;). Que tengas un día genial ¡100 Besotes!