De campamento

Ahora que muchos niños se separan de sus padres unos días para disfrutar de la naturaleza, conviene dejarlos un poco ?a su aire?...
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¿Recuerdas algún campamento de verano? Es cierto que la primera vez que se pone una lavadora, se duerme fuera de casa, o se tiene que colaborar en tareas de limpieza, uno se siente diferente. A veces, aparecen el miedo, la pereza y las ganas de llamar a mamá y papá y que acudan como siempre, pero esta toma de contacto con el mundo real fuera del calor del hogar es más que recomendable, así que no la estropeemos...
Es por ello que vamos a repasar los principales errores que cometen los padres cuando envían a sus hijos de campamento:

Es normal que, acabada la jornada, llamemos a los niños para comprobar qué tal están, pero no debemos sobrealimentar el sentimiento de nostalgia; no es bueno para ninguna de las dos partes. No seamos más dramáticos de la cuenta, en definitiva; no por ello queremos más a los pequeños de la casa.

Si algún niño rompe a llorar por teléfono mientras habla con sus padres, no debemos entrar en pánico ya que, probablemente, en cuanto cuelgue, seguirá jugando y ni se acordará. Se puede tratar simplemente de una llamada de atención o de un momento aislado de tristeza. Si ocurriese algo grave, avisarían desde el campamento.




En cuanto a las visitas, es preferible evitarlas para que los niños aprendan a valerse por sí mismos, salvo si se fija un día de convivencia con las familias, que suele ser un alivio para los niños más dependientes y/o pequeños del campamento. Si algún peque se niega a separarse de sus padres y prefiere volver a casa antes de tiempo, es importante tratar de disuadirlo para que afronte sus propios ?problemas?, y aprenda a sacarse las castañas del fuego sin tomar siempre la vía fácil.

Por otra parte, si no se enrollan demasiado al teléfono, no es un indicativo de que no estén disfrutando de la estancia fuera de casa, pero ya se sabe que no todos los niños son igual de comunicativos.
En suma: hay que dejar a los niños que se espabilen un poco, y la dependencia a veces es peor por parte de los mayores, aunque disimulemos, ¡así que ánimo y a ser fuertes!

Abrazo de Jordi Cruz y feliz verano.

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