U2, en Madrid

Retornan a la capital de España en medio de una enorme expectación tras hacer historia con su primera actuación en 1987
U2, en Madrid
U2, en Madrid

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U2 retorna el 20 y 21 de septiembre en medio de una enorme expectación a la ciudad en la que hizo historia con su primera actuación en España, en 1987, pero en la que posteriormente apenas se ha prodigado con sus actuaciones: cuatro en 31 años de idilio intenso pero intermitente.

La quinta y la sexta llegarán esta semana con motivo del "Experience + Innocence Tour", que llevará por primera vez a Bono y compañía al WiZink Center de Madrid en dos noches consecutivas, tras agotar las más de 32.000 entradas disponibles en unas pocas horas, lo que motivó incluso una investigación del Gobierno contra la reventa.

A falta de conclusiones al respecto, lo que está claro es que esta ciudad tiene ganas de U2, transcurridos 13 años de su último paso con "Vertigo Tour" por el estadio Vicente Calderón, donde previamente habían actuado con el aforo agotado en 1993, con los Ramones como teloneros dentro del "Zooropa Tour", y en 1997, con el limón gigante de "Popmart".

"Recuerdo especialmente aquella gira; era como una olla, con un ambiente espectacular, lo que se contagió a la banda. Ese fue para mí el más espectacular", señala a Xavier Balart, autor del libro "U2 en España".

A este cronista musical, que sigue muy de cerca cada paso del grupo desde 1992, se le escapó sin embargo una cita mítica en la historia de sus ídolos, el de su primer concierto en España, en el estadio Santiago Bernabéu, hace 31 años.

"Durante bastante tiempo fue el más masivo que habían dado nunca. Estaba abarrotado. Nadie sabe lo que sucedió, pero entró mucha más gente de la que legalmente estaba permitido", explica.

Lo que entonces parecía el inicio de una gran historia en común, se diluyó en el tiempo frente a los 12 "shows" que U2 ha llegado a ofrecer en Barcelona en este tiempo, con hitos como el inicio mundial del "360º Tour" en el Camp Nou en 2009 y la celebración del 30 aniversario del álbum "The Joshua Tree", que tuvo lugar el pasado año en el estadio olímpico Lluís Companys.

Sobre el primero, hubo un intento de traerlo también a Madrid. "Pero ninguno de los estadios de entonces permitía que las enormes grúas requeridas para el montaje del escenario (la llamada 'Garra', por su forma) pudiesen acceder al terreno de juego, mientras que en Barcelona se asfaltó un túnel e incluso se derribó una pequeña parte de las gradas para ello", informa Balart.

Respecto del segundo, Roberto Grima nos ha desvelado que también se intentó traerlo a la capital como broche final del estadio Vicente Calderón, algo que, según el presidente de Live Nation, no se pudo hacer por incompatibilidad con el "routing".

"Ellos saben que la gente del resto del país y de Portugal se desplazará hasta allí, que es un punto más cómodo, ya que está en la frontera con Francia y no hay que bajar tanto. Por otro lado, ha influido el tipo de recinto que necesitaban", apunta Balart.

Insiste en aspectos como las facilidades de los mismos (véase las modificaciones en los accesos del Camp Nou) y añade otros como la disponibilidad y el aforo (el del Palau Sant Jordi de Barcelona, donde durante cuatro noches se desarrolló en 2015 el "Innocence + Experience", superaba en más de 2.000 personas el del WiZink Center, cuyo calendario además tiende a estar masificado).

Sea como fuere, U2 recalará ahora por fin en Madrid con la gira que arrancó el pasado 2 de mayo en Tulsa (Oklahoma, EEUU) y que llegó a Europa el 31 de agosto, con el noticioso primer concierto de Berlín que hubo de interrumpirse a la quinta canción por los problemas en la voz de Bono, supuestamente por una "alergia" repentina de la que se ha recuperado.

Si la gira "Innocence + Experience" se alumbró conceptualmente como una mirada del mundo desde la ventana del hogar de unos jóvenes U2, en el clima de violencia del Dublín del momento, y el aniversario de "The Joshua Tree" conmemoró su eclosión como estrellas mundiales, este "Experience + Innocence" cierra el recorrido con la vuelta del músico triunfante a casa.

Concebida por tanto como una continuación, presenta una estructura escenográfica muy similar a la de hace tres años, aparentemente con la misma pasarela de casi 30 metros que divide casi toda la pista, con una gran pantalla transversal a lo largo de la misma.

Además, se mantienen numerosos visuales y el núcleo de la historia sigue alimentada por un cuerpo de canciones clásicas compuesto por "I will follow", "Cedarwood Road", "Iris (Hold me close)" y "Sunday Bloody Sunday", aunque esta vez el grueso del resto de temas proceda de su último disco, "Songs of Experience" (2017).

"Es muy buen show, pero bajo mi punto de vista demasiado parecido al de 2015. Eso sí, la 'intro' del show actual con 'The Blackout', con un vídeo muy impactante sobre los movimientos y protestas sociales en Europa, mejora mucho la anterior, cuando Bono entraba al son de 'People have the power' de Patti Smith", considera Balart.

Otras novedades pasan por la resolución diez veces mayor de la pantalla, el acceso a una aplicación móvil de realidad aumentada durante el concierto y la interpretación por primera vez de una joya muy poco manida de su discografía, "Acrobat", en sustitución de imprescindibles de "The Joshua Tree" como "Where the Streets Have No Name".

"Tiene cierto sentido que después de una gira temática que ha recorrido medio mundo quieran dejar descansar ese disco. Todos nos quedamos parados inicialmente cuando lo supimos, pero la gira al final va rodada y no se echa de menos", concluye Balart.

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